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A principios de enero, las autoridades de la ciudad china de Wuhan trataban de mantener en secreto la noticia sobre la aparición de un nuevo coronavirus.
Cuando un médico intentó advertir a sus colegas sobre el brote, la policía le hizo una visita y le dijo que dejara de hablar de ello.
Un mes más tarde, y después de que publicase su historia desde su cama en el hospital, mucho lo consideran un héroe.
«Hola a todos, soy Li Wenliang, un oftalmólogo del Hospital Central de Wuhan», comenzaba diciendo su mensaje.
Lo que le ocurrió a este doctor revela la respuesta fallida de las autoridades locales de Wuhan en las primeras semanas del brote de coronavirus.
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