Gabriel Alejandro Aquino, de 23 años, en diálogo con EL SOL relató la situación que está atravesando. “Entré a trabajar en abril del año 2018; los primeros 3 meses me pagaron, recuerdo que al mes que entré a trabajar me dijeron que querían que me quedara, se lo comenté a mi esposa (Jackelín Antonella José, de 22 años) y arreglamos que ella sea la casera y yo me dedicaba al mantenimiento. Por lo tanto, mi esposa se encargaba de recibir a la gente y las donaciones, mientras yo cortaba el pasto, le daba de comer a los animales y hacía todo el mantenimiento del predio”, detalló.
Párrafo seguido, comentó que “lamentablemente nos pagaron solamente 3 meses y no sé porqué dejaron de hacerlo, mientras que nosotros seguíamos trabajando; en una oportunidad tuvimos que pagar la luz porque la estaban por cortar y nosotros seguíamos aguantando por necesidad y la remamos hasta que cambiaron de mandato (Comisión Directiva)”, recordó.
El se imaginó que el cambio sería para mejor y tenía entendido que estaban conformes con su trabajo. “Lamentablemente vinieron esta semana con la policía y dejaron un papel para que el sábado desalojara el lugar. Les comenté que tengo hijos chicos y que no cuento con un lugar para ir, pero si quieren que nos vayamos, nos vamos, pero queremos con mi señora que nos paguen todo lo que nos deben, que nos paguen todo lo que no nos pagaron”, advirtió Gabriel.
La pareja había sido contratada por la Sociedad Protectora de Animales para prestar tareas en el predio que tiene la protectora en la ex Ruta 14, yendo para Colonia Ayuí. Su relación laboral siempre habría sido en negro y Ana María Alda habría sido quien los contrató.
Gabriel y su esposa, por esta situación, hicieron un acta declaración jurada con dos testigos en la policía.