“Mi hijo estaba durmiendo, le avisaron que la casa se estaba quemando, agarró una manguera para tratar de luchar contra el fuego y cuando vio que una garrafa se estaba quemando salió, se fue, lo lamento por los vecinos que también fueron afectados, acá vivíamos mi hijo y yo, y mi madre de 78 años que no estaba en ese momento, si ella estaba no hubiese podido salir, yo no estaba y mi hijo se salvo de casualidad”, dijo.
El incendio de su casa, ubicada en Echeverría al 1500 se produjo en las primeras horas de este domingo y las pericias determinaron que un cortocircuito en la instalación eléctrica fue la causa del siniestro que afectó a dos viviendas. La más comprometida fue la de Omar Fernández, que quedo totalmente en ruinas.
Con resignación, se repone para decir que “sólo fueron cosas materiales” y agregó que la casa “era mi vida hace 12 años que vivo acá, tengo 59 años y tengo que agradecer a que gente que ni conozco se acercó para darnos una mano, para preguntarnos si precisábamos algo, recién acabo de despedir las cosas que me permitieron vivir acá en todo este tiempo”.
- “SE VEÍAN LAS LLAMAS QUE ERAN ALTÍSIMAS”
El fondo comunica a la vivienda de Graciela y Walter, habitada por sus hijos de 9 y 12, quienes se salvaron milagrosamente porque Walter miraba televisión mientras todos los integrantes de su familia dormían plácidamente en la madrugada del domingo.
“Gracias a Dios, por ahora podemos estar en nuestra casa, se afectó la estructura y perdimos algunos electrodomésticos como una heladera y otras cosas y hoy unos amigos nos donaron una heladera”, contaron.
Cuando el reloj marcaba las 02:20 hs. de la madrugada vivieron momentos desesperantes. Graciela estaba durmiendo, al igual que los hijos de la familia, y Walter miraba televisión, “estaba acostado y empecé a escuchar corridas y gritos, bajé el volumen de la tele y fui a mirar, sentí olor a humo y, en segundos, las bocanadas de humo se metían en mi casa, desperté a los nenes y los saqué, ‘vamos para afuera porque se está prendiendo fuego‘, les dije. La llamé a Graciela y salimos de la casa, nos paramos enfrente y de ahí se veían las llamas que eran altísimas”.
Los nenes de 12 y 9 años estaban asustados, “fue desesperante, entramos a la casa para sacar la garrafa, hasta que llegaron los bomberos y pudieron apagar esta parte de nuestra casa, ellos la salvaron, entraron y apagaron y, después, desde arriba del techo tiraban agua para la otra casa”, agregó.
En medio de la confusión, Graciela se lastimó un pie provocándose un corte con un vidrio “quería sacar lo poco que tenemos pero me lastimé”.