Su primo, el actual intendente, Enrique Cresto, decidió este fin de semana, junto al «arquitecto» del triunfo electoral de visita en su ciudad natal para «ajustar detalles» post eleccionarios que había que bajar a Marcelo por lo cual en lugar de un beso en cada mejilla -como se acostumbra en el ambiente- le envió la renuncia para que la firme.
Fuera ya del funcionariado solo le dejaron al primo la posibilidad de aclarar a sus votantes y a «la ciudanía de Concordia» que firmó obligado.