QUECA KOFMAN: TRANSFORMAR EL DOLOR EN LUCHA

by concordia1

Este viernes, a las 19hs, en el salón de actos de la escuela Belgrano Nº42, colmado de público, se presentó el libro de Celina “Queca” Zeigner de Kofman, una de las fundadoras de Madres de Plaza de Mayo filial Concordia y una de las primeras integrantes de dicha organización en Santa Fe. El libro de su autoría denominado “Historias y recuerdos de una Madre de Plaza de Mayo” es un repaso de historias, reflexiones y anécdotas de su incansable lucha. Los oradores fueron su hijo, Hugo, Roque Mario Tito, fundador de la segunda asamblea permanente por los DDHH en el país, año 1977, y Sara Kohom de la Asociación Familiares de Desaparecidos. Todos destacaron con emoción la fuerza y vitalidad de Queca a pesar del dolor irreparable por la desaparición de su hijo Jorge en 1975.

Luego de un breve video donde se podía ver el derrotero de Queca en su inclaudicable lucha por los DDHH, su testimonio en el juicio -ya con 90 años- contra los represores tucumanos, responsables de la desaparición de su hijo, y su compromiso ante las injusticias sociales que más tarde se sucedieron en democracia, el primero en tomar la palabra fue Roque Mario Tito, quien fuera fundador de la Comisión Permanente por los Derechos Humanos de Concordia, en 1977, la segunda del país, junto a Luís María “Pocho” Medina, historiador y fundador del diario El Sol, y el periodista Claudio Gastaldi.

En su emotiva oratoria Tito recordó a Queca, hizo un repaso por aquellos años de terror y puso hincapié en la negación que en la actualidad algunos sectores hacen de la dictadura y los DDHH, a través de los medios de comunicación y algunos referentes, para influenciar sobre todo a los más jóvenes:”Siguen sirviendo a los que sirvieron siempre. Porque hay una cosa que hay que aclarar: se trató de una dictadura cívico militar. Los militares fueron, en definitiva, el brazo armado del poder económico, el brazo armado de Martinez de Hoz, de los Blaquier, los Rocca, y tantos otros personajes que todavía caminan por muy sueltos por la Argentina”.

“Un mensaje que Queca nos repetía siempre era la importancia de educar al soberano. Para ella la educación era fundamental para que los jóvenes tuvieran una mentalidad crítica que hiciera que no cayeran en las manos de ningún demagogo, ni creyeran las mentiras, las infamias y las deformaciones que hacen los grandes medios de comunicación. Era la única manera de ser libre. Eso nos planteaba Queca como buena docente y directora de escuela que fue. Por eso es fundamental darle un mensaje a los jóvenes de que si queremos construir una socieda más justa y más humana, una democracia participativa, transparente y representativa es fundamental la militancia política. No se crean eso de que la política es sólo para los chorros, para los sucios. La única manera de poder transformar la sociedad es con política. Tienen a las Madres, a las abuelas, como ejemplos en quienes inspirarse. Queca era inspiración”.  

Por su parte, Sara Kohom de la Asociación Familiares de Desaparecidos, hermana de Alfredo, víctima en la Masacre de Trelew, recordó su relación con Queca y la humanidad que la caracterizaba. “Recuerdo que cada ruidito que ella escuchaba por la ventana creía que era Jorge que regresaba. Esa era la Queca madre, con dolor y esperanza, que esperaba a su hijo. Después fue creciendo cada vez con más fuerza la Queca militante. Ella era chiquitita, pero cuando empezaba hablar su figura se volvía enorme”, contó. 

A su turno, Hugo Kofman, hijo de Queca, hizo un breve recuento biográfico de su hermano desaparecido quien vivió sus 23 años de vida casi todos bajo regímenes dictatoriales. “La opresión hizo que miles de jóvenes de ese tiempo fueran rebeldes en el buen sentido, que tuvieran pensamiento crítico. No se podía elegir con el voto, no se podía organizar un centro de estudiantes, no se podía protestar, no se podía hablar, no se podían leer algunos libros, ni escuchar algunas músicas. En ese contexto surge la rebeldía de los jóvenes de aquella época”.    

Queca falleció el 4 de agosto de 2020, tenía 96 años y siempre reivindicó la lucha de su hijo Jorge Oscar Kofman, desaparecido el 8 de junio de 1975 en Tucumán cuando tenía 23 años. Era estudiante, obrero y padre de un niño y otro en camino. De acuerdo a la instrucción de la causa, Kofman fue secuestrado por una patrulla militar cuando viajaba en un colectivo de línea desde Tucumán hasta la provincia de Córdoba por la ruta 301.

El libro que se presentó este viernes por la tarde, “Historias y recuerdos de una Madre de Plaza de Mayo”, fue escrito por Queca a los 92 años.

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